viernes, 23 de septiembre de 2016

Poema


¿Rara?

Rara…me dicen rara
porque de la vida no espero nada
porque vivo en los segundos que nadie más vive,
perdida muchas horas en mi mente,
ahí es donde el tiempo no existe.

Rara…porque cada noche
platico con mi perro 
con el desboco mis desvelos
sin medida, atadura o convicciones
tan solo el conoce lo más íntimo de mi alma.

Rara…Raresas que a mis manos guía
que expresan todas las palabras que no salen de mi boca
solo se quedan en pensamientos represores,
e imaginaciones de un mundo donde no hay un fin
y el inicio lo perdió la cordura.

¡No importa que me llamen Rara!
si el sentir se pega entre mis huesos
a mi cuerpo que aun siente
a pesar de estar en un rincón
¡que vive de sueños pasajeros!
porque en cada anden…se resbalan de mis manos.

Me dicen rara
porque hice de la soledad
mi amiga…mi amante…mi novio
y cabalga en mis añoranzas perdidas
ente besos nunca dados
caricias no brindadas
fantasmas de cuerpos no vividos.

Me llaman rara
porque voy contra corriente
sin dejarme arrastrar por lo mundano
inmersa en los laberintos de mi mente perdida
huyendo de esta vida...que solo tormentos me há dado


Vida…vida
entre más te conozco
más pierdo la cordura
y se siente…¡tan bien!...vivir en la raresa
donde encuentro motivos para vivir.

Comic.









Pedro Geoffroy Rivas

Pedro Geoffroy Rivas



Pedro Geoffroy Rivas. Nació en Santa Ana (1908-1959) fue poeta, lingüista y periodista. Estudió derecho y antropología en México. Dirigió la Editorial Universitaria y el Patrimonio Cultural. Fue miembro de número de la Academia Salvadoreña de la Lengua y catedrático universitario. Debido a su militancia política de izquierda sufrió el exilio y fue perseguido político en varias ocasiones. En 1977, obtuvo el Premio Nacional de Cultura.

Entre la obra editada de Pedro Geoffroy tenemos, podemos mencionar: Rumbo (poesía, México, 1934); Canciones en el viento (poesía, 1936); Mi abuelo Masferrer (ensayo, 1953); Toponimia Náwat de Cuscatlán (ensayo, San Salvador, 1961); Sólo amor (poesía, San Salvador, 1963); Yulcuicat (poesía, San Salvador, 1965); El Náwat de Cuscatlán (ensayo, San Salvador, 1969); El español que hablamos en El Salvador (diccionario, San Salvador, 1969); Vida, pasión y muerte del Anti-Hombre (poesía San Salvador, 1977); Los nietos del Jaguar (poesía, San Salvador, 1977); La lengua salvadoreña (ensayo, San Salvador, 1978); Para cantar mañana, poesía; y Cuadernos del exilio, (poesía).

León Sigüenza

León Sigüenza

Narrador y político salvadoreño, nacido en Cojutepeque (en el departamento de Cuscatlán) el 31 de octubre de 1895, y fallecido en San Salvador el 27 de mayo de 1942. Por la agudeza, sencillez y eficacia de sus célebres narraciones en verso, escritas con la intención de censurar los peores comportamientos del ser humano, está considerado como el primer fabulista de la literatura salvadoreña.

Nacido en el seno de una familia acomodada -muy influyente en el devenir político, social y cultural de su nación-, León Sigüenza tuvo acceso desde muy temprana edad a una esmerada formación académica, desarrollada primero en los colegios de su ciudad natal, y posteriormente en las mejores instituciones de enseñanza de la capital de El Salvador. Tras haber completado sus estudios, dio inicio a una brillante trayectoria política que muy pronto le condujo a asir los cetros de regidor y alcalde temporal de su Cojutepeque natal, de donde pasó a desempeñar el cargo de secretario del consulado salvadoreño en Nueva York (1919-1923).

Durante dicho período de residencia en los Estados Unidos de América comenzó a cultivar su afición a la literatura, para lo que se sirvió del cauce que le brindaban los principales medios de comunicación de su país natal. En efecto, asumió las corresponsalías norteamericanas de algunos rotativos tan relevantes como La Prensa y el Diario de El Salvador, ocupación que difundió su nombre en los círculos culturales salvadoreños. Posteriormente, León Sigüenza fue destinado a la Secretaría del consulado salvadoreño en Tokio (Japón), donde cubrió el período de 1927 a 1931 y, en una segunda etapa, el de 1934 a 1941.

De regreso a Centroamérica entre ambas misiones en Japón, fue designado representante de su departamento de Cuscatlán, en calidad de diputado en la Asamblea Nacional (1933), institución en la que resultó elegido presidente de la Comisión Legislativa de Relaciones Exteriores, Gracia y Justicia. Cuando volvió a ocupar el cargo de secretario en el consulado en Tokio, León Sigüenza intervino activamente en uno de los episodios más destacados de la historia de la diplomacia salvadoreña del siglo XX: el reconocimiento, por parte del gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez, de la existencia del recién proclamado imperio de Manchoukuo, creado por el ejército japonés en la región china de Manchuria. El general Maximiliano Hernández comprometió, con este apoyo a la invasión nipona y el inmediatamente posterior reconocimiento de sus pretensiones imperialistas en China, la estabilidad política internacional de El Salvador, circunstancia que se agravó aún más cuando, el 9 de diciembre de 1941, estalló la guerra en la zona del conflicto.

La mayor parte de los gobiernos mundiales condenó enérgicamente el imperialismo nipón, lo que aisló a El Salvador en su postura y supuso una censura unánime contra el pueblo salvadoreño. León Sigüenza se vio inevitablemente envuelto en las conversaciones entre los gobiernos salvadoreño y japonés, pero las brillantes gestiones de mediación que supo realizar en este rocambolesco episodio permitieron un lavado de la imagen de El Salvador ante la opinión pública internacional. Por lo demás, este extraño avatar de la política exterior salvadoreña causó honda conmoción en toda la ciudadanía de la pequeña república centroamericana, y levantó una densa polvareda de voces y escritos a favor y en contra del apoyo a las tropas japonesas, entre los que sobresale el lúcido análisis que publicó, en forma de libro, el doctor Ramón López Jiménez.

Durante sus largas estancias en el extranjero, León Sigüenza dio rienda suelta a su pasión por la creación literaria, que supo canalizar en un género hasta entonces nunca cultivado por los escritores de su patria: la fábula satírico-moral. Muchos de sus escritos, redactados tanto en prosa como en verso, fueron apareciendo en diferentes medios de comunicación de todo el mundo, unidas a las numerosas crónicas que enviaba a su país en calidad de corresponsal de los diarios y revistas salvadoreños. En estas fábulas, el escritor de Cojutepeque vertía su afilada mordacidad contra la vanidad, prepotencia y corrupción de políticos y altos funcionarios, para extraer al final una moraleja que acababa censurando, en general, los vicios y depravaciones generalizados en cualquier espécimen del género humano.

Instalado de nuevo en El Salvador, ya liberado de misiones diplomáticas, León Sigüenza concibió el proyecto de reunir en un mismo volumen todos estos escritos satírico-morales; sin embargo, su repentino fallecimiento, acaecido en la capital salvadoreña cuando el autor aún no había cumplido los cincuenta años de edad, le impidió ver impresa esta recopilación. Por fortuna para la historia de las Letras hispanoamericanas, los familiares de León Sigüenza, conocedores de la ilusión que el recién fallecido escritor había depositado en este proyecto editorial, acabaron de reunir sus textos y los dieron a la imprenta antes de que concluyera el mismo año de su muerte. Así, recopilados bajo el título genérico de Fábulas, estos escritos de León Sigüenza vieron la luz póstumamente para regocijo de críticos y lectores, en medio de una aceptación tan extendida que hizo necesaria su reedición en múltiples ocasiones (1955, 1977, 1996 y 1998).

jueves, 22 de septiembre de 2016

Júpiter

Júpiter

IDEA PRINCIPAL: la Independencia 

IDEAS SECUNDARIAS: amor, deseo de superación, traición, envidia. Existe dentro de la obra una comparación entre los personajes principales y el grupo social que representa, 

PERSONAJES:

Júpiter: Esclavo negro, representa al pueblo salvadoreño que se encuentra bajo el yugo español quien es su amo, quien puede liberarse a la hora que desee serlo.

Blanca Celis; La libertad y la superación

Fermín de Beltranena, Representa al Español arquetipo y el poder del imperio español, disfrazado por mentiras pero presente.-

Santiago José Celis: Es un criollo, con deseos de un futuro mejor.-

José Matías Delgado: Prócer emancipador quien representa a la iglesia, antiguo dueño de Júpiter quien lo cede a otro (Celis), con la condición que este lo haga libre en cuanto el esclavo reclame su libertad.-

Jorge: Criollo, representa a los privilegiados de nivel administrativo que se dejan llevar por los acontecimientos sin tener una conciencia propia, ellos obedecen al que tiene el poder, al principio es la mano derecha de Beltranena en San Salvador, parte de su escolta privada, luego se convierte en su carcelero, es durante este periodo en la cárcel que Beltranena trata de sobornarle con el cargo de Coronel para que se le una, a lo que Jorge no acepta ni rechaza, todo dependerá de la suerte como él dice.-

Manuel José Arce: No aparece más que mencionado en la obra, para los criollos es el arquetipo del líder liberador, a quien ellos esperan como el verdadero líder del movimiento, representa a la clase política activa criolla.-

Engracia: Sirvienta de Blanca, ella representa a la mujer humilde y trabajadora, fiel a su patrona y pendiente de sus necesidades, vive a través de la vida de Blanca y se divierte de los pesares del negro para verla.-

Conjurados: Grupo de Criollos que quieren la independencia, representan como conjunto a todos los próceres de la independencia.-  Los hechos de la obra suceden en San Salvador, en el año de 1811 En la obra original el 3 de Noviembre en la obra aquí descrita comienzan el 1 de noviembre.

Analisis.

Júpiter es un esclavo cuyo dueño es el padre Delgado, el cual lo vendé a Celis, Júpiter ha estado enamorado de su hija Blanca, desde hace mas de cinco años. El padre Delgado, Celis y varios conjurados buscan la libertad del país, convencen a Júpiter que luche por la libertad, con la venida de un guatemalteco llamado Beltranena que llega a pedir la mano de Blanca, Júpiter se lo encuentra en el bosque y en un arranque de celos le corta el brazo y les roba sus papeles estará con él. Después de esto el esclavo representa al pueblo y luego de que Beltranena los encarcelaran y torturara a Júpiter luego lo derrotarían, al final Celis no le da la mano de su hija Blanca a Júpiter, lo cual hace que Júpiter en un momento de enojo mate a Celis y luego se suicide y Blanca se desmaya.

Francisco Gavidia

Francisco Gavidia.



(San Miguel, 1863 - San Salvador, 1955) Poeta salvadoreño que comenzó su labor literaria dentro del romanticismo y fue luego una de las figuras clave del modernismo hispanoamericano. Su figura abrió una etapa para la literatura de El Salvador y de América Latina en general, pues se le considera, junto al nicaragüense Rubén Darío y al cubano José Martí, uno de los iniciadores de la poesía modernista.

Los estudios clásicos, el periodismo y la política llenaron su vida. Se formó en su país, pero viajó por Europa y América del Norte y del Sur. Se enamoró de los parnasianos, tradujo a los románticos franceses (Víctor Hugo, Lamartine) y tuvo la gloria de iniciar a Rubén Darío, según confesión del maestro de la poesía moderna, en el conocimiento de los parnasianos y los simbolistas franceses y en el manejo del alejandrino con amplia libertad en los cortes y en el ritmo, lo que había de cuajar después en la revolución modernista, con todas sus consecuencias y secuelas literarias. El punto de partida de estas innovaciones fue la traducción que en 1884 hizo Gavidia de una composición de Víctor Hugo, "Stella". También se le deben algunos ensayos de adaptación del hexámetro clásico a nuestro idioma. Sin embargo, Francisco Gavidia fue todavía, y más que nada, un romántico que enseñó a Rubén Darío a manejar el hexámetro griego y el alejandrino francés en lengua castellana.

En esa adaptación al castellano, Víctor Hugo lo influyó con el espesor y poder de su verso. La bella exactitud de los versos de Gavidia es un elemento constante: "La curva de su casto pecho / Que alza su seno al respirar tranquila, / Como ola mansa voluptuosa oscila / En el mar de blancura de su lecho." Por otro lado, su poesía también describió o ayudó a imaginar la realidad de su país, con escenas continentales. Indagó el pasado histórico prehispánico y colonial, pues conocía la cultura tolteca, maya y nahoa, además del humanismo grecolatino y europeo, factor que lo hizo practicar una poesía mesurada y poco artificiosa. Sus versos son de gran musicalidad, innovando en los ritmos y la métrica. Algunos críticos sitúan a Sóteer o La tierra de Preseas (editado completo en 1949) como su libro fundamental, pero destacan, además, Versos (1884) y El libro de los azahares (1913).

Gavidia también cultivó otros géneros como el teatro (buscando un lenguaje que lo aproximara al público): Júpiter (1885), Ursino (1889), Conde de San Salvador o el Dios de las cosas (1901), Lucía Lasso o Los piratas (1914), La torre de marfil (1920) y el poema dramático La princesa Catalá (1944) son algunas de sus obras. A través de los periódicos de la época, por otra parte, realizó además una labor crítica y publicó ensayos educativos. Su ensayística fue recogida fundamentalmente en Discursos, estudios y conferencias, en 1941. Sus relatos, para los que buscó inspiración en los tiempos precolombinos y coloniales y en tradiciones foráneas, fueron reunidos en varios libros, entre ellos Cuentos y narraciones (1931).

Destacada figura del parlamentarismo en su país, fundó periódicos en diversas repúblicas centroamericanas y publicó La primera forma de gobierno en Centroamérica; intentó la creación de un idioma universal; escribió obras sobre música, historia y filosofía (como Estudio sobre la personalidad de Juan Montalvo y Pensamientos); se le coronó como "meritísimo" en 1933 con gran solemnidad, presidió la Academia Salvadoreña de la Lengua y logró estrenar con éxito algunos de sus dramas.

Salvador Salazar Arrué.

Salvador Salazar Arrué.


Luis Salvador Efraín Salazar Arrué, más conocido por su seudónimo Salarrué (Sonzacate, 22 de octubre de 1899 - Los Planes de Renderos, San Salvador, 27 de noviembre de 1975) fue un artista salvadoreño. Trabajó en el campo de la literatura y las artes plásticas, pero ha sido su obra narrativa la más conocida de sus creaciones, entre las que destacan Cuentos de barro y Cuentos de cipotes.
Sus dotes artísticas se revelaron desde muy joven. Estudió pintura en los Estados Unidos, donde conoció el libro costumbrista El libro del trópico de Arturo Ambrogi, que le animó a retornar a su país para dedicarse por entero al arte. A partir de los años 1930, y aunque prefería mantenerse alejado de la política, trabajó cercano a los regímenes militares en turno para promover las políticas culturales de la época. Desde el año 1946 fungió como agregado cultural de El Salvador en los Estados Unidos.
Retornó a El Salvador en 1958, y poco después terminó su producción literaria, aunque los libros publicados en años anteriores continuaron reimprimiéndose. En sus años postreros ganó reconocimientos por su obra, pese a que subsistía modestamente en su casa ubicada en Los Planes de Renderos. Falleció de cáncer, sumido en la pobreza.
Salarrué fue creyente de la Teosofía, una doctrina que influenció su producción artística. Ha sido considerado uno de los precursores de la nueva narrativa latinoamericana, y el narrador más importante en la historia de El Salvador.

Las obras publicadas son:

El Cristo negro (novela, 1926),
El señor de La Burbuja (novela, 1927),
O'Yarkandal (cuento, 1929),
Remotando el Uluán (cuento, 1932),
Cuentos de barro (cuento, 1934),
El libro desnudo (relato, 1936),
Eso y más, 
Cuentos de cipotes (1943 en edición parcial, 1961 en edición completa),
Trasmallo (cuento, 1954),
La espada y otras narraciones (cuento, 1960),
La sed de Sling Bader (novela, 1971),
Catleya luna (novela, 1974) y
Mundo nomasito (poesía, 1975).
Las primeras ediciones de Cuentos de cipotes fueron ilustradas por su esposa, Zélie Lardé, y las siguientes por su hija Maya. Algunas ediciones de Cuentos de barro tienen ilustraciones hechas ad hoc por el pintor salvadoreño José Mejía Vides.

Roque Dalton

ROQUE DALTON.



Roque Antonio Dalton García (San Salvador, 14 de mayo de 1935-ibíd., 10 de mayo de 1975), nacido Roque Antonio García y mejor conocido como Roque Dalton, fue un poeta, ensayista, periodista, activista político e intelectual salvadoreño. Aunque no recibió un título académico, realizó sus estudios superiores en la Universidad de Chile y la Universidad de El Salvador, en las que estudió Derecho, y también pasó por las aulas de la Universidad Nacional Autónoma de México. En Chile comenzó a estudiar marxismo y cuando retornó a su país se convirtió en un inquieto protagonista de la política local. También se inició en la poesía al integrarse al Círculo Literario Universitario. Para el año 1957 viajó a la Unión Soviética, lo que marcó su militancia política y además se unió al Partido Comunista Salvadoreño. Su intensa actividad sediciosa provocó que cayera preso durante el periodo presidencial de José María Lemus.

Para el año 1961 fue expulsado de El Salvador, por lo que inició su exilio en México, Checoslovaquia, y principalmente en Cuba donde terminó de forjarse como escritor. Se involucró en la vida cultural de este país y también recibió instrucción militar tras la invasión de Bahía Cochinos. Pese a que logró retornar a El Salvador en 1964, terminó preso y fue sometido a interrogatorio por un agente estadounidense de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En 1969 regresó a Cuba y ganó el Premio de Poesía Casa de las Américas por el libro «Taberna y otros lugares».

Tras partir de Cuba, Dalton decidió involucrarse en la lucha armada en El Salvador, por lo que se integró al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en 1973. En dicha organización fue protagonista de una seria polémica interna con el líder Alejandro Rivas Mira quien se erigía como un influyente caudillo del grupo armado. Dalton terminó calificado como «revisionista» y la dirección del ERP decidió su ejecución junto a José Armando Arteaga.

Recordado por su vida bohemia y una personalidad jovial e irreverente reflejada en su obra literaria, tenía como su preocupación principal el destino de su propio país, El Salvador; y pese a que era un conocedor de la teoría marxista su obra se caracteriza por ser heterogénea. Se le considera el máximo exponente de la poesía revolucionaria en El Salvador y uno de los literatos más influyentes de este país, así como se encuentra entre los mejores representantes de la poesía latinoamericana. De forma póstuma, ha recibido los reconocimientos de «Hijo Meritísimo» y «Poeta Meritísimo» por parte del estado salvadoreño, y el doctorado honoris causa de la Universidad de El Salvador.

Asesinato.

La pugna entre la corriente militarista del ERP y sus opositores, tuvo como resultado el apresamiento de Dalton y su compañero «Pancho» (José Armando Arteaga) —a quien supuestamente instigó una conducta en «rebeldía»— el día 13 de abril. Se dice que ante la peligrosa situación, Eduardo Sancho y Lil Milagro Ramírez, su compañera de vida en ese tiempo, trataron de convencerle de huir para salvar su vida, pero él se negó, incrédulo, sobre la base de que aún tenía confianza en sus compañeros.
Para el 1 de mayo se escindió la llamada Resistencia Nacional del ERP, lo que provocó que la dirigencia de este grupo ordenara la ejecución de varios de ellos, que al parecer fueron fallidos. En consecuencia, se decidió la ejecución de Dalton y «Pancho», presuntamente el 10 de mayo. La orden partió de Alejandro Rivas Mira. Un comunicado del ERP después del hecho consigna estas palabras: «La ejecución de Dalton desencadenó una furiosa campaña de parte de la “intelectualidad” pequeño burguesa...piensan colocarse ellos como sector a través de la bandera de Dalton, poeta y escritor, ya que es esto lo que vuelve importante su muerte y lo convierte en el héroe cuando la verdad es que fue víctima y hechor de su propia muerte».
Se sabe que se le realizó un juicio sumario en el que Eduardo Sancho fungió como su defensor. Además, se dice que la acusación de pertenecer a la CIA se fundamentó en hechos imprecisos, como un relato del libro «Pobrecito poeta que era yo», en el que Dalton describe su captura y posterior interrogatorio por parte de agentes estadounidenses.
Hasta ese momento, la misma familia de Dalton desconocía su paradero, hasta que en el mes de septiembre un comunicado de Casa de las Américas, a través de Radio Habana, confirmó su muerte. Un periódico salvadoreño recogió esa noticia con esta descripción: «Dalton ingresó con instrucciones de La Habana a la célula salvadoreña, pero aquí (en El Salvador) lo encontraron muy moderado, “revisionista”, “vendido al imperialismo”, “al servicio de la CIA”...Los informantes enfatizaron que los asesinos son maoístas, o cheguevaristas, quienes encontraron al poeta fuera de su línea, y como traidor, cosa inexplicable, concluyeron». En documentos posteriores de la organización guerrillera, se reconoció que el señalamiento de pertenecer a la CIA había sido «un montaje para eliminar a alguien a quien solo podían acusar de ser un intruso y un aventurero. “Un indisciplinado que era perjudicial y dañino para el proceso revolucionario salvadoreño”».
De acuerdo a un informe de la Misión de observadores de las Naciones Unidas en El Salvador (Onusal) Dalton habría sido ejecutado en El Playón, una zona de restos volcánicos del volcán de San Salvador. Su cadáver y el de «Pancho» fueron dejados a la intemperie donde los animales salvajes los devoraron. En contraparte, la familia del poeta ha aseverado que el crimen tuvo lugar en una casa del barrio Santa Anita de San Salvador y posteriormente abandonaron los cuerpos en aquel lugar. Arias Gómez también dejó el testimonio que ambos fueron adormecidos con somníferos y posteriormente asesinados. Hasta el mes de mayo de 1998 la Alcaldía de San Salvador extendió la partida de defunción a los familiares del poeta.
Los involucrados en la decisión de ejecutar al poeta nada han revelado sobre las circunstancias en que se desarrollaron los hechos. Para el mes de mayo de 2010, los hijos de Dalton, Jorge y Juan José, interpusieron una denuncia en contra de dos de los sobrevivientes de la dirigencia del ERP de aquellos años, Jorge Meléndez y Joaquín Villalobos, alegando un crimen de lesa humanidad, cargo que consideraban no era de exclusivo del Estado como sujeto activo. Pero dos años después la demanda fue desestimada por un juzgado de primera instancia y ratificado por un tribunal de apelación, porque se consideró un delito común y por tanto ya prescrito.


Literatura Salvadoreña.

Literatura Salvadoreña.
                                                                                                                                                    Lenguaje                                                                                                                                    Escritura

Pictograma.
Ideografica.
Cumeiforme (Sumeria).

Lt. Salvadoreños.

Francisco Gavidia (Jupiter).
Alfredo Espino (Jicaras Tristes).
Claudia Lars.
Salarrue.
Alberto Masferrer.
Hugo Lindo.
León Zigüenza (Fabulista).
David Escobar.
Oswaldo Escobar Velado.


Generación Comprometida.
Pedro Seafroy.
Horacio Castellano Mora.